jueves, 10 de enero de 2019

La Dignidad del evangelio versus la dignidad del mundo

La Dignidad del evangelio versus la dignidad del mundo

Miguel Villela, OFS Honduras

Este es un tema que ha despertado mi interés y me ha provocado un llamado de atención moral y humano sobre la forma en que buscamos la solución a nuestras incesantes necesidades en una economía donde la competencia por el tener y el consumir nos distrae de la realidad de las condiciones existenciales de vida de nuestros prójimos y me pregunto ¿Que nos ha pasado? y ¿Que nos está pasando?
Para refrescar nuestra concepción del significado de Dignidad, me pareció oportuno citar una reflexión de los obispos de Latino américa en Aparecida, Brasil: el hombre y la mujer, creados a imagen y semejanza de Dios, poseen una dignidad inviolable, al servicio de la cual se han de concebir y actuar los valores fundamentales que rigen la convivencia humana” (n. 537). ¿Se podrá vivir en convivencia fraterna en las condiciones actuales de desigualdad, violación de derechos, pobreza y corrupción, de la que todos con nuestra participación, nuestra complicidad, nuestra indiferencia, nuestro no querer salir de nuestra zona de confort y nuestro silencio hemos ido construyendo?
Desde los inicios de la humanidad, debido a las habilidades, cualidades, conocimiento, destrezas, descendencia, se han ido marcando diferencias entre los seres humanos que les permite a unos adquirir o tener más posesiones que otros y hasta cierto punto es normal y no atenta contra la voluntad de Dios, lógicamente que los valores del evangelio y la relación personal y comunal con un Dios vivo que camina con nosotros y actúa en nuestras vidas, nos invita a compartir lo que hemos recibido de Dios con aquellos menos favorecidos. Lo grave es que en nuestro tiempo estas diferencias se están agigantando al punto que mientras hay personas que mueren por no tener acceso al agua, hay personas y empresas que están comprando los derechos de agua en esos mismos lugares; hay personas que mueren de hambre, cuando somos testigos del tiempo donde se cosecha y produce más comida en el mundo; donde muchos por falta de empleo no tienen como llevar el sustento ¨digno¨ a su familia y otros tienen hasta tres empleos sin capacidad de desempeñarlos de manera justa, ética, moral profesional y eficaz, bajo la premisa de conjuntar un salario digno para atender las necesidades de su familia y todo amparado bajo el termino de libre competencia. Y este es mi motivo de asombro y la razón del por qué me atrevo a escribir esta reflexión. Pido a Dios que me ilumine, para que mis inútiles palabras, lejos de ser recibidas como crítica para dañar u ofender a alguien, sean recibidas en nuestro corazón como una pequeña provocación para despertar de esta tendencia global que nos deshumaniza y que provoca que entre nosotros estemos atentando contra la dignidad y los derechos que cada ser humano hemos recibido de Dios.
No podemos continuar de esa manera y aquí me atrevo a referirme a la realidad propia de mi amada Honduras y de la sociedad en que vivo, donde las argucias del mal y nuestra propia e interior lucha entre el bien y mal, llamado concupiscencia, han envuelto a todos los sectores que conformamos la sociedad; volviéndonos un país con grandes índices de violencia, de crimen, de corrupción, de desigualdad, de injusticia, de impunidad y de pobreza extrema.
No podemos mantenernos defendiendo solo intereses gremiales, sectoriales o regionales que benefician a un número reducido de nuestra población y que continúan incrementando la brecha de desigualdad social; tenemos que volver nuestra mirada a los más desfavorecidos, a los olvidados, a los que no tienen voz y comenzar a ser la voz de ellos y a defender sus derechos y embarcarnos en esa aventura evangélica de promover la igualdad, la libertad de oportunidades de manera ética y justa y defender y promocionar la justicia.
Es necesario frenar nuestro ritmo acelerado y competitivo de vida y volvernos a la práctica de una ambición positiva sin práctica de corrupción para alcanzar nuestros intereses y sin pasar por encima de nadie.
Es cierto que en nuestro país se necesita más generación de empleo y más desarrollo e implementación de políticas públicas que promuevan la inversión, el crecimiento, la mejora educativa, las mejoras de las condiciones de salud y los servicios públicos, pero también es cierto que debemos abandonar ese comportamiento rapaz de querer acaparar todas las oportunidades de empleo y de ingreso que se generen. Si en realidad queremos ser parte del cambio que todos queremos, debemos comenzar por nosotros mismos, volviendo en primer lugar la mirada a Dios, permitiendo que sea Él quien hable a nuestra conciencia y nos marque el camino para el cambio de rumbo que todos sin excepción necesitamos para construir un país solidario, humano, justo, con verdaderas libertades de oportunidades, con la promoción de una libre competencia profesional, ética y no voraz ni salvaje. Debemos respaldar propuestas de ley valientes que promuevan la justicia, la transparencia, que eliminen la impunidad, debemos estar presentes y participar en la defensa de derechos, debemos reconocer las buenas prácticas y denunciar la corrupción desde toda índole y desde todo nivel. No podemos ni debemos acostumbrarnos a convivir con el mal.
Nuestra realidad actual nos debe confrontar con nosotros mismos liberándonos de la costra que nos impide ver con ojos humanos y fraternos y mirar con libertad, que no es posible que mientras el 60% de nuestros hermanos se levantaron pidiendo a Dios un ¨Trabajo Digno¨ para llevar el alimento a su familia, otros estamos pidiendo a Dios ¨Otro Trabajo Digno¨ para aumentar nuestros ingresos y pasar a otro nivel donde nuestras necesidades cambian y siempre necesitaremos más, en ese círculo vicioso que nos ha llevado a una ambición desmedida que estamos llamados a frenar.
Es curioso como el termino dignidad ha adquirido diferentes significados al punto que mientras alguien aspira ganar dignamente lo necesario para alimentación otros sienten que sus ingresos que superan en proporciones desmesuradas lo necesario para las necesidades básicas, piden mejoras sustantivas para obtener salarios que si consideran ¨dignos¨. Y viene mi inquietud y entonces como puede variar tanto lo que consideramos digno de acuerdo a nuestra situación y debemos preguntarnos que estamos dispuestos hacer en la búsqueda de lo que consideramos un ¨Ingreso Digno¨.
Ningún estado ni sociedad tiene el derecho de exponer a las personas a la violación de sus derechos, a renunciar a sus valores, a la ética moral y profesional y a la profesión autentica de su fe a cambio de recibir ¨Ingresos Dignos¨ y con el alto costo de la pérdida de vidas humanas.
Debemos preguntarnos y sobretodo preguntarle a Dios donde poner un alto en esa búsqueda de ¨Dignidad Falsa o Malinterpretada¨ y aprender de Él lo que verdaderamente significa dignidad y atrevernos nadar contra corriente en la edificación de una sociedad y país más justo y más acorde a los valores del reino.
No es malo tener o querer tener haciendo buen uso de los talentos que Dios nos ha dado, pero si es grave que en esa búsqueda de tener o querer tener más, nos lleve a perder nuestra humanidad y en búsqueda de ¨condiciones más dignas¨, renunciemos voluntariamente a la ¨Dignidad con la que Dios nos ha dotado como seres creados a Su imagen y semejanza¨ y todavía más grave que para lograrla le robemos esa misma dignidad a nuestros hermanos.
Como humanidad tenemos una gran misión: Cambiar nuestras malas prácticas actuales, aprender a ver como Jesús con ojos de misericordia a nuestro prójimo, dejar de escuchar y seguir la enseñanza de este capitalismo salvaje que nos quiere deshumanizar bajo la creencia que valemos por lo que tenemos sin importar su procedencia y no por lo que somos hijos y criaturas de Dios. Debemos reaprender a incluir a Dios en las decisiones de nuestra existencia y enseñar a nuestros hijos con nuestro ejemplo que todos sin excepción compartimos la misma dignidad y que la dignidad no varía ni se acomoda a nuestros intereses y pasando encima de nuestros hermanos.
En realidad que hoy más que nunca el mensaje y misión que Jesús confío a Francisco es un grito y una misión para toda la humanidad: Repara mi iglesia que amenaza ruinas. Todos sin distingo de nuestra profesión de fe, somos parte de la Iglesia de la Casa Común que amenaza ruinas y necesita de nosotros para ser reparada con nuestros actos y nuestro testimonio, volviéndonos con nuestro ser y obrar agentes de cambio para retornar el orden temporal de las cosas y contribuir en la edificación del reino entre nosotros, demostrando que la dignidad que promueve el mundo es una aberración de la dignidad que nos enseña y que ha infundido Dios y que es inherente a nuestro ser y que compartimos con todos nuestros hermanos sin excepción.
Ya es tiempo que demos testimonio al mundo de nuestra profesión de fe, con nuestro propio testimonio, liberándonos de la esclavitud en la que nos encontramos inmersos.
Que nuestro señor Jesús nos de Su paz.

Reflexionando sobre nuestra realidad.                                                    Miguel Villela, OFS

Ayer, mientras disfrutaba de una formación que nos compartía un buen amigo y hermano sobre el evangelio de San Lucas, mi pensamiento se detuvo al contemplar el pasaje del evangelio de Lc. 6,41-42: "¿Y por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo?"; el pasaje del evangelio de Lc 8,22-24: "Un día subió Jesús a una barca con sus discípulos y les dijo: «Crucemos a la otra orilla del lago. Y remaron mar adentro. Mientras navegaban, Jesús se durmió. De repente se desencadenó una tempestad sobre el lago y la barca se fue llenando de agua, a tal punto que peligraban. Se acercaron a él y lo despertaron: «Maestro, Maestro, ¡estamos perdidos!» Jesús se levantó y amenazó al viento y a las olas encrespadas; se tranquilizaron y todo quedó en calma." y al escuchar en un canto una voz que clama al señor para que despierte ante tanto sufrimiento, injusticia y violencia en el mundo de hoy.
Es fácil cuestionarnos y preguntarnos ¿Por qué Dios que es el origen y la fuente del amor y por qué si Su misericordia no tiene límites, permite tanto dolor, tanta injusticia, tanta desigualdad, tanto desorden, tanto mal en lo que Él creo y vio que era bueno?, Muchas personas me han preguntado y no les mentiré: Yo también lo he hecho. Pero ayer, escuchando a Dios en mi corazón y en mi conciencia descubrí la respuesta y es muy sencilla: Porque nosotros estamos con Él, vamos juntos en la barca y el confía en nosotros para que rompamos el silencio, para que lo despertemos con nuestros gritos y nuestras acciones en pos de seguirlo, diciéndole Maestro, Maestro!!! No es El, el que tiene que despertar, somos nosotros Su Iglesia, Sus hijos, Su pueblo, Su creación, Sus coherederos, Sus administradores que debemos despertar primero y e ir juntos a Él para pedir Su auxilio.
Es fácil ver la pelusa en el ojo de otro, pero nos cuesta descubrir nuestra propia viga. Ha llegado el momento de romper con ese acomodamiento al mal o categorización por niveles del mal y comenzar a llamar bueno lo que es bueno y proviene de Dios y malo lo que es malo y proviene del mal. Es importante discernir que cada acto que nosotros realizamos a nivel personal, familiar, comunitario y social que es desagradable a Dios por pequeño que nos parezca suma a todo el mal que intenta prevalecer en el mundo y que si en verdad queremos provocar un cambio y cambiar de rumbo, debemos comenzar por reconocer nuestra propia miseria y fragilidad humana y correr en busca del maestro para pedir Su gracia, Su fortaleza, Su templanza y así, poder enfrentar y vencer nuestro propio combate espiritual y volvernos verdaderos soldados y siervos del verdadero rey y dueño de todo cuanto existe visible e invisible.
Todos quisiéramos gritar Maestro, Maestro Despierta!!! Y viene el Maestro y nos preguntará como a los discípulos: ¿Y dónde está su Fe? Ha llegado el momento que nosotros seamos los que despertemos de nuestro profundo sueño y que emprendamos la misión de retornar el orden temporal de las cosas, tenemos que abrir nuestros ojos y todos nuestros sentidos para ver, escuchar, sentir y tocar el dolor, la injusticia, la desigualdad, la corrupción, la mentira, la violencia que sin darnos cuenta y con nuestros propios actos nos han ido apresando e induciéndonos un sueño muy profundo que nos impide ver la tempestad que intenta amenazar nuestra barca.
Como piedras vivas de la Iglesia fundada por Él, estamos llamados hoy a despertar, ver la tempestad que nos amenaza e ir corriendo juntos a despertarlo para enfrentar con Él este combate espiritual vestidos con la armadura correcta. Así como cada acto de maldad suma para que las tinieblas intenten cubrir el mundo, también cada acto de bondad y/o agradable a Dios suma para que sea el sol que nace de lo alto que ilumine y disipe las tinieblas y guie nuestros pasos por el camino de la paz. Llenemos el mundo de actos buenos agradables a Dios, agarrados de Dios, comencemos a dar esos pequeños pasos para vencer la tentación, la invitación al mal en todas sus manifestaciones, mantengamos presente que vamos juntos en la barca con nuestro Señor y que Él ve cada pequeña cosa que hacemos buena o mala, cada victoria espiritual, cada caída que lejos de verla con indiferencia o naturalidad por nuestra condición de pecadores y nuestra naturaleza humana; debemos verla como un reto y un desafío a vencer en nuestro camino de conversión tras el seguimiento del Maestro que nos invita a ser como Él.
Todos sin excepción enfrentamos nuestros propios combates espirituales y por eso debemos saberlo, mantenernos alerta y prepararnos continuamente con nuestras lámparas encendidas. El seductor o tentador que cree conocernos, nos presenta diferentes ofertas a cada uno, porque ha estudiado nuestras fragilidades, nuestras debilidades y sabe dónde atacarnos, sabe por dónde nosotros mismos nos sentimos inclinados al mal, para algunos será las mujeres o los hombres, para otros el dinero, el poder, el reconocimiento, la satisfacción personal, la aceptación social, la autorrealización, etc. Y nada de esto es o debería ser malo, se vuelve malo cuando nos aparta de Dios, cuando nos vemos obligado a desplazar a Dios de lugar que le corresponde o para lograrlo o alcanzarlo tenemos que hacer cosas que desagradan a Dios y caer en el pecado. Solo reconociendo nuestra propia realidad, podremos despertar e ir a despertar al Maestro. Solo Él puede calmar la tempestad y hacer que retorne la calma.

domingo, 14 de febrero de 2016

Reflexión sobre ¿Que es el amor?

Miguel Villela OFS Honduras
 
 
EL AMOR…..El amor no es amado!!!
Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. (1 Jn 4, 16).
Vivimos en el mundo que todo se comercializa, a todo se le busca un provecho y un beneficio y en realidad esto no está mal, lo que sí está mal es que desconozcamos la razón, el motivo que me impulsa hacer las cosas, que las hago porque las siento en mi corazón, porque en mi interior hay algo que me impulsa hacer y actuar.
Solo en Estados Unidos se gastan el día de hoy 18,900 millones de dólares, sin embargo en este día han continuado los asesinatos, las persecuciones, los abortos, la escasez de comida, etc.
Hace poco leía una noticia sobre un joven que se había quitado la vida porque su novia no le contesto un mensaje por whatsapp. Hoy en día corremos el riesgo de malinterpretar el significado del amor y somos capaces de hacer lo que sea cuando nuestro amor no es correspondido: Dañar o Denigrar a otra persona, Dañarnos a nosotros mismos, etc.
Por lo que se conoce como amor muchas personas están dispuestas a dar algo, sacrificar algo o perder algo pero por motivos o razones egoístas, en la carta a la cuaresma el Papa Francisco (bajo el lema “Misericordia quiero y no sacrificio” Mt 9,13), nos impulsa a entrar en el misterio del amor: ¿De dónde proviene?, ¿Qué me impulsa amar? Y quizás lo más importante ¿Qué significa amar? o ¿Qué estoy dispuesto hacer por amor?
El día de hoy estamos celebrando El día del Amor y la Amistad, El día de los enamorados, El día del amor o el Día de San Valentín y quizás desconocemos ¿Cuál es el origen de esta celebración?, ¿Por qué se dice que San Valentín es el patrono de los enamorados?
Nos enseña la tradición que San Valentín pudo ser un sacerdote fiel a la Iglesia  del 270 que murió martirizado bajo el imperio de Claudio II porque desafió la prohibición del emperador que no quería que los jóvenes se casaran para que fueran soldados más aguerridos, y casó a escondidas a muchas parejas y además no quiso renunciar a su Fe.
El amor nos impulsa a olvidarnos de nosotros mismos, de nuestra conveniencia, de lo que queremos y nos impulsa hacer cosas que quizás no queremos hacer, pero que una fuerza en nuestro interior nos impulsa hacer.
La Carta Encíclica ¨Deus Caritas Est¨, nos ayuda a encontrar respuestas a estas interrogantes: No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva y a esto podemos agregarle no se comienza amar por un mero instinto o una decisión, amar es dar respuesta a la experiencia de Dios en nuestra vida: El amor a Dios impulsó a San Valentín y a tantos santos y mártires, para mantenerse firme en la Fe a pesar de exponerse a perder la vida.
El amor es más que un sentimiento, una atracción o un deseo, es la unión total de la mente y del cuerpo; el amor integra a la persona humana y la hace sentirse plena.
El amor verdadero es la fusión del eros, del filio y del ágape en el amor verdadero: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna. (Jn. 3,16)
Otra enseñanza del significado del amor, la podemos encontrar en (Lc 17, 33): El que pretenda guardarse su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará.
Es muy bonito citar la sagrada escritura en tercera persona o relatar la enseñanza de Jesús, lo complicado de esto es ¿Cómo llevarlo a la Praxis? ¿Cómo llevarlo a mi vida?
¿En realidad es posible amar?, desde luego que sí, pero necesito de Dios para lograrlo: en Dios y con Dios, amo también a la persona que no me agrada o ni siquiera conozco. Esto sólo puede llevarse a cabo a partir del encuentro íntimo con Dios, un encuentro que se ha convertido en comunión de voluntad, llegando a implicar el sentimiento. Entonces aprendo a mirar a esta otra persona no ya sólo con mis ojos y sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo. Su amigo es mi amigo.
Este truco le funciono a Francisco de Asís en el tan famoso beso al leproso: El Encuentro íntimo con la persona viviente y operante de Cristo nos permite poder reconocer el rostro de Cristo en nuestro prójimo, en nuestro amigo y en el que nos complica la vida.
Al descubrir que es el amor, podremos entender la frase de Mt. 9,13: “Misericordia quiero y no sacrificio”.
Así que si queremos experimentar el verdadero amor y transmitir el verdadero amor a nuestra esposa, a nuestros hijos, a nuestra familia, a nuestros hermanos y en general a nuestro prójimo, tenemos que fortalecer nuestra relación con Dios, nuestra experiencia de Dios; enseñar y transmitir el amor con el que Dios nos ama es la respuesta y la solución de los problemas del mundo de Hoy. Asumamos el reto de volver cada día de nuestra vida, una respuesta al amor que hemos recibido de Dios, Hagamos todo por amor y con amor, lo demás vendrá por añadidura.
Que Nuestro Señor nos conceda Su paz.


sábado, 13 de febrero de 2016

Reflexión sobre Semana Santa

Miguel Villela OFS Honduras
 
Contrario a lo que el consumismo y las tendencias modernas nos tratan de imponer, la Semana Santa, Gran Semana (como se conocía antiguamente), o Semana Mayor, no es un período de vacaciones de verano o de relax para irnos a la playa o de vacaciones donde el único interés es disfrutar de los placeres que se nos ofrecen sin discreción.
Semana Santa es una semana, donde se nos invita a rendirnos ante el misterio de la Misericordia de nuestro Señor Jesús que por amor al Padre y la humanidad, entrego su vida por nosotros y por nuestra salvación.
Relatan los biógrafos que San Francisco de Asís lloraba al contemplar la pasión del Señor y sufría en su interior al reflexionar, descubrir y decirse a sí mismo que ¨El amor no es amado¨. Esta frase de Francisco representa el drama de nuestra vida que a pesar que hemos sido creados a imagen y semejanza del Hijo (que existe antes de toda la creación y por quien todo fue creado), todavía no hemos logrado comprender y encarnar el sentido y el valor de Su sacrificio por nosotros: Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. (Jn. 15,13).
En la carta para la cuaresma con el lema “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13): el Papa Francisco nos invita a vivir con intensidad este tiempo celebrando y experimentado la Misericordia de Dios, para luego, compartirla con gestos concretos a través de nuestro amor al prójimo (obras de misericordia corporales y espirituales). También nos presenta la figura de Jesús como el esposo dispuesto hacer de todo, hasta entregar Su vida para ganarse de nuevo el amor de la esposa infiel ¿Quién será la esposa infiel a que se refiere el Papa?
La Semana Santa es la celebración de la Misericordia de Dios y me atrevo a decir que la deberíamos llamar la Semana de la Misericordia, porque Dios padre derrama en el Hijo su misericordia ilimitada hasta tal punto que hace de Él la ¨Misericordia encarnada¨.
En la semana santa se nos invita a unirnos a cada uno de los momentos de preparación, de angustia, de dolor, de soledad, de desconsuelo y de tristeza (Lc. 22,42) que vivió en carne propia el Cordero, que Dios Padre proveyó para el sacrificio (Gen. 22,8), es por eso que cada uno de los días de la semana santa los debemos vivir con intensidad, con conciencia de lo que estamos celebrando, con entrega, con disposición y en un total abandono a la Voluntad de Dios que quiere, desea y anhela actuar en nuestra vida. Cada uno de los días está lleno de la presencia de Dios y nos ayuda para prepararnos para el siguiente.
No podemos caer en el error de diseñar un Dios a nuestra medida, a nuestro estilo, a nuestro gusto y a nuestra comodidad; tenemos que elegir el paquete completo. San Francisco de Asís nos dirá: Dios es el todo, es el todo bien, el sumo bien, el bien total, Mi Dios y Mi Todo, y para ser llamados sus servidores y sus amigos debemos elegirlo a Él en todo momento, en los de alegría y gozo y en los de tristeza y dolor: No hay resurrección sin la cruz y la cruz no tiene sentido sin la resurrección. Si queremos festejar la resurrección de Nuestro Señor tenemos que haber pasado junto a Él los momentos de Su Pasión. Jesús nos invita a seguirlo en todo momento: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame (Lc. 9,23).
Participar activamente de la semana santa, nos pone en el camino de nuestra propia conversión, es la oportunidad de un encuentro personal con Dios que nos ayuda a definir nuestra identidad y nuestro sentido de pertenencia a la Iglesia fundada por Él, nos da la oportunidad de renovar nuestra alianza y sobretodo nos hace sentirnos Sus siervos: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios (Lc. 9,62).
Tenemos que vencer los vicios del mundo moderno que nos enseñan que la libertad del ser humano consiste en hacer lo que se quiera hacer y en el momento que se quiera hacer, dejando a Dios a un lado a la hora de tomar decisiones.
Ser verdaderamente libres desde mi definición personal, es volvernos voluntariamente esclavos de la Voluntad de Dios (Lc. 1,38). Así que unámonos voluntariamente a Dios y a nuestra Iglesia a participar y disfrutar de la celebración de la Semana Santa con un corazón contrito, humillado y dispuesto.
La Semana santa da inicio al tiempo litúrgico más fuerte del año, inicia con el domingo de Ramos y finaliza con el Domingo de Resurrección. Todos los días de la semana son llamados días santos y todos nos invitan a ir preparando nuestra mente, nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro corazón para entregarnos por completo a Nuestro Señor Jesús y caminar junto a Él en cada uno de los momentos de Su Pasión, Muerte y Resurrección.
Para los católicos, llegar a la semana santa, significa haber vivido un tiempo intenso de cuaresma, donde se ha tenido la oportunidad de reflexionar sobre nuestra vida, nuestra relación con Dios, nuestra miseria, nuestra condición de pecadores; donde hemos buscado y recibido la misericordia de Dios a través del sacramento de la reconciliación, donde nos hemos alimentado con Su palabra y con Su carne, donde nos hemos expuesto y desnudado ante Él, sobre todo en este contexto del año jubilar donde además del perdón de nuestros pecados, se nos perdonan también las consecuencias de los mismos al entrar por la Puerta Santa para recibir la indulgencia plenaria.
No permitamos que esta Semana Santa sea una semana más de nuestra vida, aprovechemos esta oportunidad para vivirla en familia, disfrutando y gozando de cada uno de los momentos que se nos invita a celebrar,  cada uno encierra un misterio y un regalo de Dios para nuestra vida y para nuestro crecimiento en la Fe. Asumamos el reto de pasar de la vida al evangelio y del evangelio a la vida, haciendo nuestra la quinta admonición de San Francisco de Asís: Nadie se enorgullezca, sino gloríese en la cruz del Señor (Gal. 6,14).
Asumamos juntos el reto que nos pide el Papa Francisco de hacer lío, de provocar escándalo, de marcar diferencia. Demostrémosle a Dios, a nosotros mismos y al mundo: que elegimos quedarnos con lo mejor, que estamos dispuestos a morir a nosotros mismos y que podemos descubrir y dar a conocer la riqueza y el gozo de entregarnos y vivir con pasión la Semana Santa a ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo.
Que Nuestro Señor nos conceda Su paz.
 
 

 


viernes, 12 de febrero de 2016

La Fe y los Falsos Profetas

Miguel Villela OFS Honduras
 
 
LA FE
Hoy en día vivimos en el mundo de las grandes predicaciones, en el mundo de los especialistas en citar versículos bíblicos, en el mundo donde todos creen conocer la verdad, pero una verdad que varía de persona a persona.
Pero entonces como Creer, como saber que es la verdad.
Para conocer la verdad, debemos creer y para creer debemos tener Fe y para tener Fe, debemos pedirla a Nuestro Señor.
"Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá" -Mateo 7,8.
Pero entonces que es la Fe: Hb 11,1
La fe es garantía de lo que se espera; la prueba de las realidades que no se ven.
Sólo es posible creer por la gracia y los auxilios interiores del Espíritu Santo. Pero no es menos cierto que creer es un acto auténticamente humano. No es contrario ni a la libertad ni a la inteligencia del hombre’". Catecismo de la Iglesia Católica.
Esto significa que aunque la Fe es don sobrenatural, depende del hombre el creer o no creer.
Tener fe es aceptar la palabra de otro, entendiéndola y confiando que es honesto y por lo tanto que su palabra es veraz. El motivo básico de toda fe es la autoridad (el derecho de ser creído) de aquel a quien se cree. Este reconocimiento de autoridad ocurre cuando se acepta que él o ella tienen conocimiento sobre lo que dice y posee integridad de manera que no engaña.
Se trata de fe divina cuando es Dios a quien se cree. Se trata de fe humana cuando se cree a un ser humano.
Hay lugar para ambos tipos de fe (divina y humana) pero en diferente grado. A Dios le debemos fe absoluta porque Él tiene absoluto conocimiento y es absolutamente veraz.
Esto significa que los Cristianos Católicos que hemos recibido la gracia de la Fe Divina, debemos creer en la autenticidad de todo lo que es y lo que nos enseña Nuestro Dios, su palabra la debemos aceptar como la única verdad universal, lo que Él nos dice y nos pide, es para nosotros un manual de vida. Por lo que no es válido ni aceptable para alguien que ha recibido el don de la Fe, solo aceptar del Señor lo que nos gusta o lo que nos conviene para continuar con nuestro estilo de vida, recordemos que la verdad es única:
Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos. -Efesios 4,4-6
Jesús dijo: "El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama" Juan 14,21.
 San Juan: "Quien dice: «Yo le conozco» y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él." -I Juan 2,4.
Jesús mismo nos lo dice: "Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz." (Juan 18, 37-38).
¡Jesús es el camino, la verdad y la vida!
Esto significa que nosotros debemos creer en lo que Nuestro Señor nos dice, debemos aceptar las verdades o misterios de Fe, sin duda, sin importar si las entendemos o no, porque provienen de alguien en quien depositamos toda nuestra confianza, provienen de Dios.
Pero entonces como hacer para saber qué es lo que debo creer, si ante mi hay miles de cristianos que también tienen Fe, pero que unos me invitan a creer en unas cosas y otros me invitan a creer en otras, aunque todos creemos en el mismo Dios.
(2 Pedro 1, 20) -No podemos guiarnos solos: "Ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia"
La Iglesia, como madre y maestra, es la auténtica intérprete y formadora a través de sus pastores.
A medida que descubrimos la verdad somos capaces de hacer mejores decisiones. Apremia, por lo tanto, esmerarse en conocer la verdad y no conformarse con cualquier cosa. Buscar la verdad requiere mucho esfuerzo y honestidad.
La Iglesia Católica, fundada por Nuestro Señor Jesucristo, guarda y custodia el depósito de la Fe, que ha recibido de Nuestro Señor y que ha pasado de sus apóstoles a sus sucesores hasta llegar a Nuestro Días. Es ella como madre que orienta a sus hijos y los conduce hacia el camino y hacia la voluntad del Señor.
Los que inventan supuestas iglesias desobedecen a Cristo y a sus legítimos representantes a quienes Él dijo:
Lc. 10,16 Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.»

Creer todo cuanto Dios enseña por medio de la Iglesia (No escoger según nos guste). "La fe es el comienzo de la salvación humana" (San Fulgencio).
"Siempre obedientes y sujetos a los pies de la Santa Iglesia, firmes en la fe católica, guardemos la pobreza y la humildad y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo." San Francisco de Asís.
Ella sola recibió al Espíritu Santo y la promesa de ser asistida por El hasta el fin del mundo (Hechos 1, 8; Mateo 28, 20); ella sola es "la Iglesia del Dios viviente, columna y sostén de la verdad" (I Timoteo 3, 15); ella sola es la Iglesia de la cual habla la Biblia. Separarse de ella es renunciar a Cristo.
La Iglesia es la primera que cree, y así conduce, alimenta y sostiene mi fe. La Iglesia es la primera que, en todas partes, confiesa al Señor (Te per orbem terrarum sancta confitetur Ecclesia, —A Ti te confiesa la Santa Iglesia por toda la tierra— cantamos en el himno Te Deum), y con ella y en ella somos impulsados y llevados a confesar también: "creo", "creemos". Por medio de la Iglesia recibimos la fe y la vida nueva en Cristo por el bautismo.
Del Catecismo de la Iglesia, podemos leer:
169 La salvación viene solo de Dios; pero puesto que recibimos la vida de la fe a través de la Iglesia, ésta es nuestra madre: "Creemos en la Iglesia como la madre de nuestro nuevo nacimiento, y no en la Iglesia como si ella fuese el autor de nuestra salvación" (Fausto de Riez, De Spiritu Sancto, 1,2: CSEL 21, 104). Porque es nuestra madre, es también la educadora de nuestra fe.
171 La Iglesia, que es "columna y fundamento de la verdad" (1 Tm 3,15), guarda fielmente "la fe transmitida a los santos de una vez para siempre" (cf. Judas 3). Ella es la que guarda la memoria de las palabras de Cristo, la que transmite de generación en generación la confesión de fe de los apóstoles. Como una madre que enseña a sus hijos a hablar y con ello a comprender y a comunicar, la Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de la fe.
San Ireneo de Lyon, testigo de esta fe, declara: 173 "La Iglesia, diseminada por el mundo entero hasta los confines de la tierra, recibió de los Apóstoles y de sus discípulos la fe [...] guarda diligentemente la predicación [...] y la  fe recibida, habitando como en una única casa; y su fe es igual en todas partes, como si tuviera una sola alma y un solo corazón, y cuanto predica, enseña y transmite, lo hace al unísono, como si tuviera una sola boca" (Adversus haereses, 1, 10,1-2).
182 "Creemos todas aquellas cosas que se contienen en la Palabra de Dios escrita o transmitida y son propuestas por la Iglesia [...] para ser creídas como divinamente reveladas" (Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 20).
Con esto podemos definir que la Fe más que esperar que se cumpla lo que pedimos al Señor, es creer de forma absoluta en lo que Él Señor nos pide, nos enseña a través de la revelación escrita y de la revelación oral a través de la tradición, de la sucesión apostólica y del magisterio de la Iglesia.
Así que como el niño chiquito acude a su padre y a su madre para que les oriente y enseñe, así nosotros los cristianos católicos debemos acudir y confiar en nuestra madre para que nos eduque, nos forme y ayude a crecer en la Fe. ... ¡EL ÚNICO CAMINO PARA UN ALMA SANTA ES VIVIR CON FE!
Los hombres pueden fundar otras muchas iglesias y religiones para reunirse y hacer cosas buenas. A estas guardo respeto y a quienes buscan la verdad con sinceridad les tengo admiración. Pero no por eso olvido que Jesús, Dios y hombre verdadero, quiso reunirnos en UNA IGLESIA, la que El fundó.
Mientras que en otras Iglesias hay diversidad de interpretaciones Bíblicas, sólo la Iglesia Católica ha enseñado la verdad plena, con total consistencia, en todas partes, desde el principio. Sólo ella posee el Depósito de Fe que contiene todo lo que Jesús nos reveló: La Biblia y la Tradición Apostólica.
¿CÓMO DEBE SER NUESTRA FE?
1) SENCILLA --- No te compliques tratando de entender lo que no se puede entender. Recuerda que Cristo dijo:
¨Bienaventurados los que no vieron y creyeron¨.
2) FUERTE --- No te dejes que unas personas que tocan a tu puerta, y que son de otras religiones o sectas, te vengan a meter dudas y a decir cosas. Diles que tú crees en lo dice la Iglesia Católica y no en lo que ellos dicen.
3) TOTAL --- Esto significa que debemos creer en todos los dogmas de la Iglesia y no en unos sí y en otros no.
4) PRUDENTE --- Hay que distinguir los dogmas de fe de lo que no son más que piadosas tradiciones del pueblo o leyendas.
Cada cual es responsable del don recibido. Hay cristianos que sin culpa desconocen algunas verdades (eucaristía, confesión, etc.) Pero quien desprecia las doctrinas que conoce se hace culpable. El cristiano debe esforzarse por conocer la doctrina verdadera y completa (ortodoxia) y practicarla (ortopraxis).
Concilio Vaticano I: Por la fe quedamos habilitados para confiar todo nuestro ser a Dios, le ofrecemos el homenaje total de nuestro entendimiento y voluntad y asentimos libremente a lo que Dios revela. La fe es un don permanente los que la han recibido bajo el magisterio de la Iglesia no pueden tener jamás causa justa de cambiar o poner en duda esa fe. Debemos: Tener una fe informada. Para ello es necesario estudiar lo que nuestra fe enseña.
Los Cristianos Católicos de hoy, debemos tener miedo a no conocer nuestra Fe:
Quien se sabe el Credo: el de los apóstoles y el Credo de Nicea.
Debemos tener miedo a no conocer ni amar ni ser fieles a nuestra Iglesia a pesar de: los escándalos, las críticas, los errores, no olvidemos que no ha sido fundada ni idea de hombre, sino fue fundada por Nuestro Señor:
Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»
Razón por que muchos se van de la Iglesia:
Martín vendía piedras del desierto para coleccionistas. Un día, un geólogo entró a su tienda para comprar un recuerdo para sus hijos. Tomó una que le llamó la atención y preguntó: "¿Cuánto vale esta?" - "Todas valen 20 dólares, pero como esa no es muy bonita se la dejo en 10". El cliente pagó el precio y de ahí se dirigió al Banco a depositarla: Era un zafiro en bruto que valía más de un millón de dólares, pero Martín ignoraba su valor.
San Ignacio de Antioquia: "Lo único que para mí habéis de pedir es fuerza, tanto interior como exterior, a fin de que no sólo hable, sino que esté también decidido; para que no sólo, digo, me llame cristiano, sino que me muestre como tal. Porque si me muestro cristiano, tendré también derecho a llamarme así, y entonces seré de verdad fiel a Cristo"
San Antonio de Padua: "Un cristiano fiel, iluminado por los rayos de la gracia al igual que un cristal, deberá iluminar a los demás con sus palabras y acciones, con la luz del buen ejemplo". 
Frente a la confusión y desorientación provocadas por las sectas y los falsos profetas, para no dejarse engañar y perderse eternamente (Mateo 7, 15-23) "Surgirán muchos falsos profetas y extraviarán a muchos" (Mateo 24,11). Es lo que está pasando hoy con la multiplicación de las sectas.
Hablando de los predicadores no autorizados por la legítima Iglesia, San Pablo dice: "Esos tales son falsos apóstoles, obreros engañosos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. No es maravilla, ya que el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. No es mucho, pues, que también sus ministros se disfracen ministros de justicia; su fin será el que corresponde a sus obras" (II Cor 11, 13-14).
Esto es algo tremendo e increíble. Sin embargo Cristo dijo: "Se levantarán muchos falsos profetas que engañaran a muchos [...] y obrarán grandes señales y prodigios..." (Mateo 24, 11 ,24). Los falsos profetas harán incluso falsos milagros.
"La iglesia, dijo San Agustín: es el pueblo cristiano esparcido por toda la redondez de la tierra".
Desde el año 107, San Ignacio mártir, segundo Obispo de Antioquia de Siria, después de San Pedro, utilizó el término Iglesia Católica.
 
Que Nuestro Señor nos conceda Su Paz.


miércoles, 10 de febrero de 2016

Reflexión: Ante Jesús Sacramentado

Miguel Villela OFS Honduras
 
Hoy estamos ante ti Señor, conscientes que Tu estas con nosotros, presente en el Santísimo Sacramento del altar, creemos y sabemos que Tu eres el camino que como hijos tuyos debemos seguir en nuestra vida para ser hombres y mujeres de bien, de servicio y de caridad, dispuestos a que se haga siempre tu voluntad, a ejemplo de  nuestra madre santísima; sin temor a proclamar y expresar nuestro amor por Ti, confiados que cuando estemos cansados y agobiados de recorrer tu senda, Tu siempre estarás con nosotros para extendernos Tu mano, Tu abrazo y para darnos tu corazón con esa misericordia que solo puede provenir de Ti.
Permite Señor que estas emociones de gracia y de gozo que sentimos al estar ante Tu presencia, que no se vuelvan solo momentos, pequeños instantes en nuestra vida, Te necesitamos a todas horas del día, desde que sale el sol hasta el anochecer, porque a ti te buscamos, nuestra alma esta sedienta de ti, Si Señor Mío y Dios Mío, porque Tu eres nuestro refugio, solo en ti confiamos, si te tenemos a ti no nos hace falta nada.
Perdónanos Señor, porque la mayoría de las veces nos cuesta entender y aceptar las cosas que nos suceden al recorrer tu senda, se nos olvida esa hermosa invitación que nos hiciste, tu nos dijiste Aquel que quiera seguirme, que tome su cruz y que me siga, que pesada sentimos Señor esa cruz por nuestra falta de voluntad, por la falta de conocimiento de ti, danos fortaleza Señor para aceptar nuestra cruz, para aprender a darte gracias por lo bueno y por lo malo, por la felicidad y por el dolor, por el esfuerzo y por el sacrificio que comparado al tuyo es como un grano de mostaza, que ingratos somos Señor al presentarte nuestras quejas, tu no das mas cargas de las que podemos cargar, sabemos que tu carga es ligera y que tu yugo es llevadero.
No permitas Señor que nos alejemos de ti, en los momentos de prueba se tu nuestro sostén, A ti Señor nos dirigimos suplicantes, tu que eres nuestro consuelo, nuestro alivio,  tu que eres la fuente de la vida, el que beba de esa agua, ya no volverá a tener sed, sácianos con tu agua, aliméntanos con ese pan de verdad y de vida, muéstranos Señor tus caminos y danos la fe para mantenernos perseverantes, seguros que tu estarás con nosotros hasta el fin de los tiempos.
Enséñanos amarte a ti, a través de amar a nuestro hermanos, solo el que realmente ama es capaz de ofrecer su vida por otro, queremos aprender a morir a nosotros mismos, a nuestro egoísmo, a la critica, a la burla y a la envidia, enséñanos a amar a quien no nos ama, porque el amor viene de ti, porque tu eres amor y todo el que a ti te conoce, su fruto es el amor.
Que nunca nos cansemos Señor de buscarte en el tabernáculo divino, que nunca olvidemos que tu estas siempre esperándonos callado, sin hacer ruido, paciente pero siempre tocando a las puertas de nuestro corazón, dispuesto a escucharnos, a comprendernos y a perdonarnos, tu que dijiste al Padre, Perdónalos porque ellos no saben lo que hacen, haz dóciles Señor nuestras cerraduras, para que tu gracia sea siempre nuestra compañera y tus huellas el rastro que nos conduce a la vida eterna, porque Tu eres nuestra luz y nuestra Salvación.


Nuestra Madre Santísima en la Biblia

Miguel Villela OFS Honduras
 
LA VIRGEN MARIA Y LA BIBLIA
1.      ¿QUE SABEMOS DE LA VIRGEN MARIA?
2.      ¿CUANTAS VECES SE MENCIONA EN EL NUEVO TESTAMENTO?
3.      ¿EN QUE MOMENTOS SE MENCIONA?
4.      ¿PORQUE APARECE DENTRO DEL PLAN DE DIOS?, ¿DESDE CUANDO?
 
Muchos católicos, nos empoderamos del nombre de nuestra santísima madre y a veces la utilizamos como banderín ante los protestantes, pero en realidad sabemos qué papel representa nuestra madre en el plan de salvación de Nuestro Dios.
Desde cuando se menciona el papel de María.
 
Una de las dificultades que por lo general experimentamos cuando queremos hablar de nuestra madre santísima es las pocas y reducidas expresiones que de ella nos refiere la sagrada escritura, ahora que no podemos dejar pasar los momentos en que los evangelistas mencionan la presencia de María en la vida de Jesús:
Anuncio y Concepción: Lc. 1, 26-38
Nacimiento Mt. 1, 18-25
Presentación: Lc. 2,23. 33-35
Inicio de su vida ministerial
Primer milagro: Jn. 2,1-11
Rechazo del pueblo: Mt. 13, 54-58; Mc. 6, 1-6
Camino al calvario
Al pie de la cruz: Jn. 19, 25-28
En el sepulcro
En la Resurrección
En pentecostés. Hch. 1:14
Quien otro habrá acompañado a Jesús o habrá participado de cada uno de estos momentos que tanto significado tienen en la vida de Jesús y en el cumplimiento del plan de salvación de Nuestro Padre que está en los cielos.
 
¿Porque será?, es que acaso es una persona más, será que para los escritores de la sagrada su papel en la vida de Nuestro Señor, no era fundamental ni determinante o que tratarán de manifestar a través de los evangelios, será que hay algo más de lo que apreciamos a simple vista.
Es una de las dos personas mencionadas por nombre en el credo de los apóstoles
 
Lo primero que debemos saber que Dios tiene un plan de salvación para todos nosotros, pero que nos da libertad para que nosotros decidamos.
 
Tomando en cuenta este aspecto, todos somos testigos como Dios ha tratado de establecer alianzas con la humanidad y también somos testigos de cómo los seres humanos le hemos fallado a través de la historia.
 
Alianza con Adán
Alianza con Noé
Alianza con Abraham. Gen 22:18
Alianza con David: 2 Sam 7:12-13; Salmo 89:27-28; Salmo 132:4-5; 11-12
 
También nos debemos dar cuenta que Dios a pesar que en varias ocasiones tuvo que castigar a la humanidad, siempre nos ha dado la esperanza de un mundo mejor, la esperanza de la salvación y su deseo de establecer una verdadera alianza con nosotros, una alianza que nadie ni nada pueda destruir.
Pero esta alianza está determinada por una entrega de la humanidad, un sí, un hágase tu voluntad.
Es así como desde el antiguo testamento, los profetas mencionan la venida del salvador, del Mesías prometido que liberaría al pueblo de Israel.
Ya el profeta Isaías se refería que el salvador nacería de una virgen, ¿Quién sería esa virgen?
Y desde el génesis se menciona la enemistad de la mujer con la serpiente o el dragón (la desobediencia a la voluntad de Dios).
 
Esto nos va indicando la presencia dentro del plan de Dios de:
Una mujer enemiga del pecado: Génesis 3:15
Una virgen dará a luz al Emmanuel  Is. 7:10-14
Una mujer que da a luz al salvador.
 
Lo que pasa, queridos hermanos, es que todavía no hemos aprendido a leer la sagrada escritura vemos pero no miramos, no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
 
Los mismos apóstoles pedían a Nuestro Señor que les aclarara su palabra para poder entenderla.
Hoy, nosotros tenemos que seguir el mensaje del ángel en el sepulcro, No busquen a los vivos entre los muertos, y yo me atrevería a decir, no busquen la verdadera presencia de maría en el nuevo testamento, cuando su verdadera riqueza y presencia se menciona desde el antiguo testamento, María es la señal divina, es el sí que Nuestro Dios requería para establecer la alianza verdadera y perpetua con la humanidad a través de la encarnación de su hijo amado, Nuestro Señor Jesucristo, María es la nueva arca de la alianza, la nueva Eva, el nuevo cáliz, la esclava del Señor, la madre de Dios Nuestro Salvador.
 
Tipologías marianas
 
La tipología es la manera como Jesús enseño a sus apóstoles a leer el antiguo testamento.
Y es clave para entender lo que la sagrada escritura nos enseña sobre nuestra madre santísima.
 
Eva, la mujer. La madre de todos los vivientes;  San Irineo, por su obediencia fue causa de la salvación propia y de todo el género humano.
Ana, mujer estéril,  la madre de Samuel, la esclava del Señor.
Sara, la que era imposible que quedará embarazada, porque nada es imposible para Dios Lc. 1:37.
La visita del arca de la alianza a David 2 Sam 6:14-15 - la visita a santa Isabel.
La Hija de Sión- profecía de Sofonías 3:14-18.
 
Así que si te preguntabas, cual es el papel de nuestra madre santísima María y en que partes de la sagrada escritura aparece, con seguridad te puedo responder:
 
Su papel es el de una madre que acompaña y da fortaleza a su hijo en cada uno de los momentos más trascendentes de su vida, en los momentos de risa y alegría y en los momentos de dolor y de sufrimiento.
María estuvo con Jesús en todo momento, siendo esa estrella que ilumina en silencio, pero que en ninguna parte del camino nos deja en la oscuridad y que en los momentos de mayor oscuridad, brilla con mayor intensidad para dar la seguridad y confianza que se necesita al caminar.
 
Y respondiendo la otra interrogante, estoy seguro que de ahora en adelante ambos compartimos que se habla de ella desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
 
Si mi hermano(a), así es de humilde nuestra madre santísima, a ella le fascina el silencio, pero un silencio activo, un silencio con amor y misericordia, un silencio con presencia, un silencio fiel y obediente, un silencio evangélico y orante.
 
Así que cuando la duda, los problemas, la incertidumbre y los cuestionamientos de fe lleguen a tu vida, LEVANTA LA VISTA, MIRA A LA ESTRELLA Y CONFIA EN MARÍA.
 
Que Nuestro Señor Jesucristo y nuestra madre santísima María les guíen y protejan en el caminar de sus vidas.