lunes, 8 de febrero de 2016

Franciscanos Donde Esta Nuestra Fe

Miguel Villela OFS Honduras
¿Franciscanos Dónde está nuestra Fe?

Le dice Nuestro Señor Jesús al apóstol Felipe: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y
no me habéis conocido? Felipe, el que me ve a mí, ve también a mi Padre.


Oración:
Señor Jesús Perdónanos porque a pesar de que te conocemos, a pesar que decimos que
creemos en ti, a la hora de demostrar con hechos y no con palabras, te fallamos.
Señor como decimos que creemos en ti, cuando en nuestra fraternidad, con nuestro
compromiso de servicio no lo somos.

Como decimos que confiamos en ti, si en los momentos de dificultad, de enfermedad es
cuando más nos alejamos y cuando más dudamos.
Como decimos que te amamos si cuando nos llamas, cuando nos invitas, cuando nos abres
la puerta no entramos.


Señor tu nos conoces, tui sabes lo que habita en nuestro interior, danos el valor para decir
presente, para volvernos testimonio de tu amor.


Oh Señor Jesús por estar esperándote, no nos damos cuenta que Tu estas con nosotros, por
querer verte con los ojos de la carne, cerramos nuestros ojos del alma y no nos damos
cuenta siempre estas visible si nos dejamos guiar con el corazón.


Señor perdónanos a todos los franciscanos que nos hemos comprometido a vivir según la
forma del santo evangelio si a veces ni siquiera nos alimentamos con tu palabra, si cuando
somos invitados a servir en fraternidad fallamos.


Hoy en día los cristianos nos hemos vuelto expertos en corregir a los demás sin detenernos
a revisar como estamos en nuestro interior, nos quejamos que los jóvenes no saben nada,
que la gente no asiste a misa, que no hay vocaciones en Ocotepeque. Pero habremos
hecho también revisión de nuestro interior, de nuestra realidad:
Como enseñarle a orar a alguien cuando yo no oro.
Como transmitir la fe, cuando a mí me falta.


Como decirle a los jóvenes que crean algo, cuando al decirlo nuestras entrañas no arden:
Pedro comparte que Dios ha hecho a Nuestro Señor Jesús el Salvador de la humanidad y
con sus palabras se convirtieron más de 3,000.

San Francisco de Asís decía: La verdadera enseñanza que trasmitimos es lo que vivimos; y
somos buenos predicadores cuando ponemos en práctica lo que decimos.


A Nuestro Señor no le interesa si al final hicimos o no hicimos algo, si asistimos o no
asistimos, lo que le agrada a Dios es leer en nuestro interior que tenemos la voluntad, el
deseo, el anhelo sincero de atender su llamado, de ir en pos de ÉL, de cruzar por esa
puerta como oveja que entra al redil para unirse a su rebaño.


De donde: Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo seréis de pesado corazón? (Sal 4,3). 15¿Por
qué no reconocéis la verdad y creéis en el Hijo de Dios? (cf. Jn 9,35).


Hasta cuando dejaremos que Nuestro Señor nos pregunte: ¿Tanto tiempo hace que estoy
con vosotros y no me habéis conocido?, tanto tiempo hace que los invite a que fueran mis
siervos para que trabajen para reparar la iglesia, para que dieran testimonio en sus
comunidades del significado de ser franciscanos.


¿Tanto tiempo hace que profesaron ante mí, atendiendo mi invitación para que vivieran
según la forma del santo evangelio.















































No hay comentarios:

Publicar un comentario